Preparación a la Semana Santa, por Lucio Arauzo |
| SÓLO OS PIDO QUE LE MIRÉIS
¿Cómo has vivido la Cuaresma? Sin duda quisiste situar tus pasos en el seguimiento de Jesús, el Maestro y el Señor. Esos pasos nos ha llevado ya a la Semana Santa. Desearía ayudarte y ayudarme a mí mismo, con estas líneas, a preparar la vida y la celebración de los últimos días de la vida de Jesús. Lo primero que quiero compartir contigo es que deben ser unos días contemplativos, “fijos los ojos en el que inició y completa nuestra fe: Jesús” (Hb. 12, 2). Es la petición que hace Santa Teresa en su libro “Camino de perfección”: “Mirad que no está aguardando otra cosa -como dice a la esposa- sino que le miréis” (42, 3). “Sólo os pido de que le miréis”, dice la santa a sus hermanas. Mirar a Jesús, tratar de comprender sus gestos, acoger sus palabras en el corazón. Pero sin prisas. Siempre podremos encontrar un momento para la oración serena, para la lectura reposada de los textos de la Cena o de la Pasión, para la contemplación del amor que Dios nos muestra en Jesús.Son días también de priorizar las celebraciones litúrgicas, de participar activamente en ellas, de comulgar el Jueves Santo con Cristo puesto a los pies y al servicio de los suyos, a quienes llama amigos y les dice que les ama y que se amen. Comulgar el Viernes con los despojos de uno que ha muerto en la Cruz, desnudo y abandonado. Comulgar en la mañana de Pascua con Cristo resucitado, acogido por el Padre en la muerte y glorificado y constituido Señor y Viviente que da la vida. Estos tres días debemos vivirlos en una íntima unidad, los tres. Amor, servicio, entrega, muerte y resurrección son el Camino, la Verdad y la Vida de Cristo y también los pasos necesarios de nuestra personal Pascua. | |
| Son días de representaciones populares en mil puntos de nuestra geografía. Estas representaciones, realizadas con indudable dignidad, con sentido cristiano, y enraizados en la vida y en la tradición de nuestros pueblos, hacen mucho bien a mucha gente. Pero yo querría orientar tu mirada y la mía hacia otro tipo de “representaciones de la Pasión de Cristo”. Son aquellas en las que un ser humano sufre en la vida diaria, de verdad, y en su carne, la pasión y la agonía de Cristo como consecuencia de las injusticias de nuestro mundo. Son los “Cristo de nuevo crucificado”, “Cristo que sigue en agonía hasta el fin del mundo”. Ante ellos debemos seguir preguntándonos: ¿Por qué murió Jesús? ¿Por qué siguen muriendo cada día tantas víctimas inocentes? ¿Podemos adorar a Cristo crucificado hace dos mil años, sin liberar de la muerte a los crucificados de hoy? Son los interrogantes de una conciencia cristiana bien formada, que quiere ser fiel a su tiempo, a la humanidad que sufre, y al Reino de Dios. Debemos servir y lavar los pies a aquellos cuya dignidad es ensuciada por nuestra sociedad, y bajar de la cruz a los crucificados de nuestro tiempo. Debemos colaborar con el Dios de la vida en la resurrección de las víctimas. Su resurrección será también la nuestra. La vida triunfa entonces sobre la muerte, en ellos, en ti y en mí. ¡Feliz Pascua en Cristo entregado por amor, muerto en la cruz y resucitado por el Padre!Lucio Arauzo | | |