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Santos Pedro y Pablo, apóstoles

 

Evangelio

según san Mateo (16,13-19):

En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: «¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?»
Ellos contestaron: «Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas.»
Él les preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?»
Simón Pedro tomó la palabra y dijo: «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.»
Jesús le respondió: «¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás! porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo. Ahora te digo yo: tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo.»

Palabra del Señor
 
Reflexión 

San Pablo VI

papa 1963-1978

Exhortación sobre la alegría cristiana, l975

“Sobre esta piedra edificaré mi Iglesia.”

    En este Año Santo nos os hemos invitado a cumplir, materialmente o en espíritu y por la intención, un peregrinaje a Roma, al corazón de la Iglesia católica. Con todo, es demasiado evidente que  Roma no constituye el término de nuestro peregrinaje en el tiempo. Ninguna ciudad santa de aquí abajo es nuestra meta. Ésta está oculta más allá de este mundo, en el corazón del misterio de Dios, todavía invisible para nosotros... Para los apóstoles Pedro y Pablo, Roma ha sido este término, donde los santos han derramado su sangre como último testimonio.     La vocación de Roma estriba de los apóstoles; el ministerio que nos toca ejercer desde aquí es un servicio a favor de la Iglesia universal e incluso de toda la humanidad. Es un servicio irremplazable, ya que, según el beneplácito de su sabiduría, Dios colocó Roma, la ciudad de Pedro y de Pablo en el itinerario que conduce a la Ciudad Eterna, porque confió a Pedro las llaves del Reino de los cielos. Pedro unifica en su persona el colegio de todos los obispos. Lo que queda aquí en Roma, no por la voluntad del hombre, sino por una providencia libre y misericordiosa del Padre, del Hijo y del Espíritu, es la “solidez de Pedro”, como la define San León Magno: Pedro no cesa de ocupar su sede; conserva una participación plena en el ministerio de Cristo, Soberano Pontífice. La estabilidad propia de la piedra que él ha recibido de la piedra angular que es Cristo (1Cor 3,11), una vez establecido como Pedro-Piedra, (Mt 16,16) la transmite a todos sus sucesores.

 Leer el comentario del Evangelio todos los días de la semana  aquí

Salmo del Domingo ¡Gustad y ved qué bueno es el Señor! (Salmo 34)

R/. El Señor me libró de todas mis ansias

Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca;
mi alma se gloría en el Señor:
que los humildes lo escuchen y se alegren. R/.

Proclamad conmigo la grandeza del Señor,
ensalcemos juntos su nombre.
Yo consulté al Señor, y me respondió,
me libró de todas mis ansias. R/.

Contempladlo, y quedaréis radiantes,
vuestro rostro no se avergonzará.
Si el afligido invoca al Señor,
él lo escucha y lo salva de sus angustias. R/.

El ángel del Señor acampa
en torno a sus fieles y los protege.
Gustad y ved qué bueno es el Señor,
dichoso el que se acoge a él. R/.

Reflexión

¡Gustad y ved que bueno es el Señor! ¡Cuántas veces acuden a nuestro corazón estas palabras tan llenas de gozo y de agradecimiento! Gustad y ved que bueno es el Señor, nos lleva a saborear y experimentar su Presencia y su obra en nuestras vidas. Nos conduce a guardar y meditar en nuestro corazón tantas pruebas de amor y misericordia, tantos detalles, tantos regalos recibidos y compartir con nuestros hermanos ese sentimiento de gratitud y de amor. Las palabras del salmista rebosan fe y agradecimiento. Los motivos por los que entona un canto de alabanza, que invita a compartir, los va enumerando: Dios responde a quien le pregunta, siempre atiende al que le necesita, nada le falta a los que le respetan, está cerca de los que lo aman y los libra de sus angustias y temores. Este salmo pone en nuestra boca palabras llenas de humilde confianza, inquebrantable y sencilla, como le agrada al Señor. Dios siente una predilección especial por los pobres y marginados, por los pecadores, por los que acuden a Él con un corazón contrito y humillado. ¡Gusta y saborea la bondad infinita del Señor! ¡No dudes en refugiarte en sus brazos siempre dispuestos!

Amén

Gloría al Padre, Gloria al Hijo y Gloria al Espíritu Santo.Gloria al Padre, al hijo y al Espíritu Santo

 


AVISOS MISAS DOMINGO AVISOS MISAS DOMINGO 29 JUNIO
•    ESTE DOMINGO CELEBRAMOS LA FIESTA DE SAN PEDRO Y SAN PABLO. NUESTRA ORACIÓN POR EL PAPA LEON XIV Y LA COLECTA PARA EL OBOLO DE SAN PEDRO. 
•    ESTÁ ES LA ÚLTIMA HOJA DIOCESANA, HASTA SEPTIEMBRE. 
•    REZAD POR LAS ACTIVIDADES DE VERANO, EL CAMPAMENTO DE LOS SCOUTS Y EL CAMINO DE SANTIAGO CON ARCOIRIS.

 




 

 

 
   

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