¡Han acabado las Comuniones!
Hemos celebrado estas tres semanas 8 tandas de Primeras Comuniones, con 125 niños que se han acercado por primera vez a recibir a Jesús. En general, han sido unas celebraciones fantásticas, con un gran ambiente y mucha emoción por parte de niños y de papás. Espero recoger la impresión general de estos días: la Iglesia ha estado abarrotada en todas las tandas. Las celebraciones estaban muy bien preparadas y, con el paso de cada una de ellas, se iban perfilando algunos detalles que mejoraban la siguiente celebración.
La participación ha sido perfecta: tanto por parte de los niños, que no se cortaban apenas en las homilías compartidas con el sacerdote, como por parte de los padres, que leían y colaboraban en todo lo que se les pedía.
El Coro ha sido una de las cosas que ha ido superándose día a día: hasta el último día hubo niños que ayudaron a cantar en la Comunión de sus otros amigos y, todo hemos de decirlo, creo que hemos formado un germen de coro infantil que igual da mucho juego en la Misa de las Familias. A la Comunidad Parroquial nos interesaba, por supuesto, la conciencia real de los niños que se acercaban al Señor en la Comunión. También aquí estamos contentos. Creemos que los chicos han rezado, mantuvieron la atención y el interés en sus Comuniones y quizás hayan dado un paso importante en su compromiso con el cuidado de la importante amistad con Jesús. Ahora comienza el reto de la continuidad: No lo saben aún todo, como ellos mismos reconocían en las Comuniones, no quieren que la Primera Comunión coincida con la Última, o con una de las Pocas Comuniones de su vida. Ojalá comience un proceso de cuidado y de crecimiento en la vida de fe y amistad con el Señor. La Misa de Familias y los posibles grupos de Catequesis de Poscomunión que salgan son la continuación natural de su proceso de educación en la Fe. Será importantísimo que pueda formarse un grupo de amigos fuertes que se unan también por el sentimiento religioso y por su formación y maduración. Como repetimos bastantes veces en las celebraciones, el papel de la familia, padres, abuelos y padrinos, es crucial. El próximo hito es la madurez de su fe en el paso de la Confirmación, por el que ya empezamos a rezar. Tenemos una particular deuda de gratitud y afecto con el grupo de catequistas, que ha sido especialmente competente y entregado, demostrando una disponibilidad y una generosidad muy emotivas. La Parroquia está tremendamente orgullosa de su Equipo de Catequistas. De ellos esperamos todavía muchas alegrías y mucha colaboración. La tarea de formación de sus hijos es única, y la Parroquia puede ofrecer un ambiente de acompañamiento a la educación en las familias muy adecuado. Por eso os seguimos esperando y animando, para que sigáis vosotros animando la labor que habéis empezado. A todos enhorabuena. |