VIVIR CON ALEGRÍA EL SACRAMENTO DEL PERDÓN, de Daniel Granada La Comunidad cristiana del Rosario está embarcada en una construcción ilusionada de su vida cristiana. Es el lema que nosotros mismos nos hemos puesto en este período de nuestra vida parroquial: “¡Hacemos Iglesia!”. A la vez que se levanta el edificio exterior de nuestro nuevo Templo de Santa María de la Iglesia, queremos elevar la verdadera Morada para nuestra vida, en la que vivir felices y en verdad. Muchos son los avances que estamos experimentando en este “camino hacia la Pascua”, hacia la constitución de esta Familia resucitada de Dios en el Barrio de la Almozara. Hemos descubierto que debemos hacer el camino juntos, como una verdadera comunidad, presididos siempre por Jesucristo ( y por su madre la Virgen) y en dirección a todos, especialmente hacia los más necesitados. Así querríamos sembrar el barrio de un poco más de luz, de calor, de amor de Dios y de amor fraterno. Este Camino de Verdad y de Vida sólo se encuentra en Jesús. La presencia y la acción de Jesús en nosotros es el único motor de esta transformación personal, eclesial y social. La vida plena y resucitada la tenemos en Jesús, y sólo brota de Él. Por eso crecemos y nos encontramos a nosotros mismos sólo en el encuentro con Jesús. Hay un hito en este descubrimiento progresivo de nuestra vocación cristiana que tenemos la oportunidad de revivir en estos días. El encuentro de cada uno con Jesús tiene un momento único en el encuentro con Jesús que perdona nuestros pecados. La entrega a Jesús de nuestros pecados, de nuestros fracasos, de nuestras acciones fallidas e incluso destructivas (de nosotros y de los demás), el reconocimiento de nuestras opciones equivocadas y de las traiciones directas al proyecto de Dios en nosotros. La recomposición real de nuestra vida cristiana pasa por un tranquilo y continuo encuentro con Jesús curando nuestros pecados, restaurando los males ocasionados, recuperando las oportunidades y el tiempo perdidos, resituándonos con nueva fuerza en el camino del servicio y de la justicia. |